sábado, 16 de febrero de 2013

Muere Charlie Harris-Beard

Charlie Harris-Beard había sido el protagonista de la boda de sus padres en noviembre, cuando irrumpió, lleno de alegría y de vida, en la iglesia portando los anillos a bordo de su coche por control remoto favorito. En aquel momento hizo llorar hasta a 300 personas.

Esta semana, el pequeño de dos años volvió a ser el protagonista de la tarde en exactamente la misma iglesia. Y también volvió a hacer llorar a todo el mundo. El ambiente, sin embargo, era diametralmente diferente. Esta vez lo que se celebraba era su funeral.

Charlie tenía cáncer terminal y en noviembre le habían sido diagnosticado apenas semanas de vida. De hecho, ese fue el motivo de que sus padres adelantaran su propia boda a noviembre: querían que su hijo pequeño pudiera verla. Charlie venció a la estadística y llegó a ver hasta las navidades.

Su padre había estado recaudando dinero para someter al pequeño a un tratamiento experimental que le permitiese curar su leucemia aguda. Sin embargo, hace poco los médicos anunciaron que ya no podían hacer nada por él.



Murió el viernes pasado, rodeado de sus padres y su hermana mayor, Ellie, de 12 años. Días después, durante su funeral, se notó la fama que había adquirido el pequeño cuando su historia llegó a los medios (entre ellos este blog) que se prestaron a relatar cómo Charlie Harris-Beard se había convertido en el verdadero alma de la boda de sus padres: en el funeral, llegaron 500 personas, desbordando la iglesia de St Mary, en Worcestershire.

La multitud pudo contemplar cómo el diminuto ataúd blanco era llevado hacia el interior de la iglesia. El ataúd fue también escoltado por el famoso coche a control remoto con el que había llevado los anillos al enlace de sus padres.

Justo antes del entierro, Joe, el padre del pequeño, había actualizado la página de Facebook a través de la que recolectaba el dinero para el tratamiento del niño.

"Ha llegado la hora, mi pequeño héroe", escribió. "Qué viaje hemos tenido. Muchísimas lágrimas, muchísimo dolor pero sobre todo muchísimas sonrisas y muchísimas y muchísimas carcajadas. Nos has unido a todos porque fuiste un luchador hasta el final y le demostraste a todos que se equivocaban tantas veces que solo puedo estar orgulloso de ti. Tu papi te querrá siempre, mi pequeño osito. Muchos besos y vete a jugar con los otros ángeles y hazles reír y sonreír como hiciste con nosotros. Nos vemos pronto, pequeño soldado".

Fuente: Yahoo Noticias

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